Escrito por: Flor García, Directora Ejecutiva.
2023 es año de elecciones en Guatemala. El partido Movimiento Semilla resulta ganador de la presidencia y esto genera desconcierto y descontento en el actual gobierno, que, como la mayoría en el país, no vio venir este resultado. A través del Ministerio Público, se inicia una persecución penal en contra del partido y todo el proceso electoral. Las vías y recursos legales que distintos actores de la sociedad civil interponen para salvaguardar el proceso electoral resultan inútiles e ignorados. Sin muchas más opciones, la organización ciudadana, que ya había iniciado protestas, termina de consolidarse y encuentra un llamado común liderado por la organización comunitaria Indígena, 48 Cantones de Totonicapán. Comunidades en distintos territorios del país y barrios en las ciudades, incluyendo la capital, se suman a las protestas y bloqueos de calles y carreteras, exigiendo la renuncia de la Fiscal General.
En este momento nos puede servir entender liderazgo como la acción de tomar responsabilidad para cuidar un propósito, los valores vinculados al propósito y a las personas que ese propósito reúne. Quienes que hacen esto son percibidos naturalmente como líderes.
Los eventos actuales en Guatemala comprueban la hipótesis de la declaración anterior. Quienes lograron articular y comunicar un propósito que importa a todos, combatir la corrupción, fueron quienes lideraron la elección, contra todo pronóstico. Usando esa misma premisa para entender el liderazgo, la población ha rechazado masivamente el liderazgo estructural del gobierno, pues no cuida un propósito común, sino particular, y no refleja los valores que las personas sienten la necesidad de atender.
Otros movimientos han llegado, como los 48 Cantones, y en una forma concisa y clara han expresado el propósito y los valores que vienen de la escucha y participación de sus propias comunidades, por eso la población ve en ellos eso que necesitaba escuchar. Hoy, tal como lo mencionó un participante en un círculo de diálogo que recientemente sostuvimos, el liderazgo en el país no está en el gobierno. Puede tener el poder, pero son los líderes indígenas quienes hoy tienen autoridad y liderazgo ante la población.
Las lecciones de liderazgo que esta coyuntura nos presenta son enormes y aplicables a distintos contextos donde las personas se articulan, como los espacios laborales, la organización comunitaria, los grupos de jóvenes, la escuela, entre otros. Acá resumimos puntos esenciales:
No se puede liderar desde una perspectiva individualista. Se puede usar el poder, se puede dar órdenes, pero no se puede liderar. El ejercicio del poder que no se orienta hacia propósitos colectivos termina socavando la influencia de quien lo ejerce, y las personas dirigirán su atención hacia aquellos que actúen por el propósito común y los valores compartidos.
Un líder que no escucha, se queda solo. La trascendencia del diálogo y la disposición a participar en él con mente, corazón y voluntad abiertos son los únicos elementos que permiten a las personas y a los colectivos transitar tensiones en forma no violenta y restaurativa.
El liderazgo que inspira confianza es consistente en entender y atender las necesidades presentes, avanzando acuerdos en base a esas necesidades. En Circula iniciamos todos nuestros procesos preguntando: ¿Qué necesitamos para sentirnos seguros en este espacio? Escuchar y honrar la necesidad presente es intrínsecamente una acción de no violencia.
Honrar la palabra y los compromisos, o de lo contrario, perder la confianza de las personas y con ella cualquier atisbo de liderazgo que se haya podido tener.
Liderar atendiendo a la dignidad humana. El acto más poderoso que un líder puede hacer es demostrar que ve, reconoce y escucha a los otros, sobre todos a quienes lidera.
Reflexiono y veo la oportunidad de transformación que hoy tenemos gracias a los modelos de liderazgo ancestrales, que merecen el reconocimiento que hoy, por fin, les da la sociedad, y a mi mente vuelve la letra de una hermosa canción de Fernando Delgadillo.
Y si ellos miran hacia atrás de lo que les toca empezar
y nos hallan a nosotros que formamos un lugar
que un buen día nos marcharemos y tal vez podrán decir
grandes fueron los viajeros que cruzaron por aquí.
Hoy hace un Buen Día – Fernando Delgadillo
Escrito por: Flor García, Directora Ejecutiva.
Re Qasuut en Poqomchi’ significa Nuestro Círculo. Es el nombre un proyecto cuya semilla se sembró hace un par de años en Santa Catarina Pinula, cuando desarrollamos un programa de liderazgo para un grupo de mujeres que eran madres y comerciantes informales. Quisimos darle al programa un enfoque restaurativo y hacer del proceso una oportunidad de dignificación y sanación, con esto en mente diseñamos un libro ilustrado, que cada mujer iba completando, como un diario. El diario de una lideresa®
Fue un proceso transformador para ellas, ahora se reconocían a sí mismas como lideresas, descubriendo que todo lo que necesitan para liderar en su vida, su familia y su comunidad, estaba ya dentro de ellas. En la riqueza de sus propias historias y en la fuerza de su sororidad.
El diario de una lideresa® quedó allí, esperando para extender sus páginas, como alas que le llevarían hasta las montañas nubosas de San Cristóbal Verapaz, donde Dora Mirón y Lourdes Cal, dos mujeres extraordinarias, dedican su vida a la reivindicación de las mujeres que sufrieron las atrocidades del conflicto armado en Guatemala a través de su trabajo en Asociación Civil Verdad y Vida. Lourdes, quien es una lideresa Poqomchi’, también es egresada de los programas de Liderazgo, Prácticas y Justicia Restaurativa que ofrecemos en Circula.
A partir de ese vínculo, nos aliamos en un proyecto de Justicia Restaurativa con apoyo del FCAM para 180 lideresas de San Cristobal Verapaz. Así, El diario de una lideresa® se transformó en Re Quasuut y creció cuando agregamos, además de liderazgo, Practicas Restaurativas e introducción a Justicia Restaurativa. Todo en idioma Poqomchi’ gracias al apoyo de Lourdes con la traducción.
Un ejercicio de monitoreo que resultó ser un espejo:
Tras varios meses desarrollando el programa, acordamos una reunión formal de monitoreo con nuestras colegas de Verdad y Vida. Diseñamos un formato creativo y participativo para la reunión y cuatro miembras del equipo Circula, involucradas en el diseño, coordinación y ejecución del programa, nos dirigimos a la oficina de Verdad y Vida en el centro histórico de la ciudad de Guatemala. Juntas documentamos, celebramos los logros, exploramos los retos e indagamos acerca de diversos niveles de cambio y transformación.
Confirmamos que los avances son esperanzadores y el efecto del programa en las mujeres participantes es notable: están usando herramientas restaurativas para su organización comunitaria, están confiando más en ellas y honrando su voz. Nos emocionamos al hablar de los cambios evidentes y los sutiles.
Y luego pasó algo maravilloso. Las mujeres de ambas organizaciones empezamos a compartir cómo nos ha impactado la forma de llevar a cabo el proyecto juntas, la ética y sororidad de nuestra colaboración.
Habíamos estado hablando de 'las mujeres' del proyecto y ahora reconocíamos que nosotras también somos 'las mujeres' del proyecto. Hacemos juntas, desde el principio fundamental del enfoque restaurativo de hacer CON.
Nos vimos unas a otras y afirmamos que sí, que desde la ternura y el respeto se pueden gestar movimientos poderosos, que nuestras acciones son acciones políticas, que somos actoras de cambio y podemos trasformar realidades.
Estamos viviendo y compartiendo entre nosotras y con las 180 lideresas Poqomchi’ una experiencia de compromiso vivo con la memoria histórica, la verdad y la justicia. Nos honra saber que hemos aportado algo al camino de muchos años que Dora y Lourdes han abierto para la restauración del tejido social y que en el proceso de hacerlo todas hemos crecido.
Todas estamos poniendo el corazón en Re Qasuut, cuidando nuestros acuerdos, cuidado unas de otras y del espacio seguro de nuestra colaboración. Satisfechas y llenas de esperanza, sonreímos, y luego, nosotras, 'las mujeres' tomamos café y compartimos un pedazo de pastel.
Es interesante observar cómo la Gestión Humana y Organizacional requiere de personas líderes con un perfil que abarque una amplia variedad de competencias laborales que se centran en temas como la responsabilidad social, el liderazgo transformador y la inclusión participativa, entre otros. Líderes y lideresas necesitan ser conscientes de la realidad nacional y contar con las herramientas necesarias para llevar a cabo procesos de gestión humana. Esto implica mejorar los canales de comunicación y desarrollar la capacidad de resolver conflictos laborales antes de recurrir a las normas jurídicas del derecho laboral.
En los últimos años, se ha observado un creciente interés por parte de las organizaciones en desarrollar una cultura organizacional saludable que responde a la demanda y la creciente necesidad de innovación para crear propuestas de valor que fomenten una mayor identificación de las personas con la organización. Es en este punto donde los Gestores del Talento Humano enfrentan sus primeros desafíos, ya que las competencias laborales necesarias para llevar a cabo esta tarea se vuelven cada vez más complejas.
Un ejemplo de esta complejidad es la responsabilidad social, la cual busca lograr armonía entre la estrategia institucional y sus objetivos, teniendo en cuenta las demandas sociales tanto internas como externas de la organización. Si nos centramos en el ámbito interno, ¿qué ocurre cuando la cultura organizacional se fragmenta o se daña? ¿Cómo se pueden prevenir estas situaciones y cuál es el papel del Gestor de Talento Humano en estos casos?
Definitivamente, resulta fascinante abordar estas interrogantes, ya que son situaciones que se presentan en la actualidad y que, en cierta medida, también pueden evitarse. Esto nos invita a explorar un terreno prácticamente desconocido desde la perspectiva organizacional, que es el paradigma restaurativo.
Dentro de este paradigma, se encuentran diversas prácticas que han sido empleadas en diferentes contextos. Por ejemplo, en el ámbito de la justicia penal, el concepto de Justicia Restaurativa efatiza la reparación del daño causado a las personas y a las relaciones, en lugar de centrarse únicamente en castigar a los infractores. Según Zehr (2007), esta forma de justicia busca:
Involucrar, dentro de lo posible, a todos los que tengan un interés en una ofensa particular, e identificar y atender colectivamente los daños, necesidades y obligaciones derivados de dicha ofensa, con el propósito de sanar y enmendar los daños de la mejor manera posible. (p.45).
Por otro lado, el término de Prácticas Restaurativas abarca procesos formales e informales. Wachtel (2013) define que: “Las prácticas restaurativas son una ciencia social que estudia cómo generar capital social y alcanzar una disciplina social a través de un aprendizaje y toma de decisiones participativos” (p.1). Las prácticas restaurativas brindan una oportunidad para conectar la teoría, la investigación y la práctica en diversos campos.
Por ejemplo, en el ámbito de la justicia penal, se han implementado enfoques restaurativos que buscan reparar el daño y promover la reconciliación. Del mismo modo, en el ámbito educativo, se pueden observar procesos de disciplina positiva que se basan en principios restaurativos para fomentar el aprendizaje y el crecimiento de los estudiantes. En el ámbito organizacional, hace referencia a liderazgos transformadores y a la gestión organizacional horizontal, los cuales adoptan un enfoque restaurativo al promover la participación, la colaboración y el empoderamiento de los miembros del equipo.
Esto demuestra que el paradigma restaurativo abarca un espectro amplio de aplicaciones en diferentes contextos.
Si nos centramos en el ámbito organizacional, que es de nuestro interés, Wachtel sostiene que generar capital social implica fomentar una cultura y un clima organizacional saludables, promover la conexión entre los trabajadores y entre estos y la organización, así como gestionar conflictos y tensiones, reparando el daño y reconstruyendo las relaciones laborales. Identificamos dos enfoques de las prácticas restaurativas: uno proactivo, orientado a desarrollar una cultura saludable en las organizaciones, y otro reactivo, enfocado en reparar el daño causado y restaurar las relaciones entre los trabajadores.
Por esta razón, las competencias de los Gestores del Talento Humano se vuelven cada día más desafiantes, ya que desarrollar una cultura organizacional saludable no es tarea sencilla. Requiere de una sólida base teórica, investigación y una aplicación práctica cuidadosa para lograrlo con éxito.
Cuando la cultura organizacional se encuentra fragmentada o deteriorada, surge una valiosa oportunidad para ofrecer una respuesta reactiva con enfoque restaurativo, centrado en reparar el daño hacia las partes afectadas y restaurar las relaciones con los trabajadores. Por otro lado, cuando las organizaciones buscan prevenir tales situaciones, se recomienda adoptar un enfoque restaurativo proactivo que fomente la construcción de relaciones sólidas entre los empleados y con la organización en general. Es importante reconocer, a nivel organizacional el enfoque que se haya utilizado, posiblemente de manera inconsciente, ya que aquellas organizaciones que únicamente ofrecen respuestas reactivas, sin establecer previamente un capital social, suelen ser menos exitosas que aquellas que también emplean el enfoque proactivo en su gestión de recursos humanos.
En la actualidad, la función principal de los gestores del talento humano radica en adquirir un profundo conocimiento, establecer conexiones y aplicar prácticas restaurativas en cada uno de los procesos que llevan a cabo. Esto les permite construir el capital social adecuado, de manera que tanto las personas como la organización puedan alcanzar sus respectivos objetivos. Al hacerlo, se incrementan las posibilidades de desarrollar competencias para construir relaciones sólidas, basadas en la confianza y la cooperación mutua. Además, se fortalece la capacidad para evolucionar y transformarse. Es esencial que los gestores del talento humano trabajen junto a los involucrados, en lugar de hacer las cosas para ellos o por ellos, a fin de lograr resultados más efectivos y significativos.
Sin duda alguna, la creación y desarrollo de propuestas de valor en las organizaciones reconocen la importancia fundamental del Ser antes que el Hacer en el entorno laboral. Esto significa proporcionar un espacio seguro para el diálogo, fortalecer y cuidar las relaciones entre las personas, y contribuir a la construcción de una comunidad sólida. Además, es crucial trabajar en la prevención y reparación de cualquier daño que pueda surgir. Al hacerlo, se fomenta un ambiente laboral que valora y respeta a cada individuo, lo cual potencia el crecimiento y éxito tanto de las personas como de la organización en su conjunto.
Referencias
Zehr, H. (2007). El pequeño libro de la justicia restaurativa. Pensilvania: Good Books.
Wachtel, T. (2013). Definiendo qué es restaurativo. Bethlehem, Pensilvania: Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas.
Escrito por Flor García Mencos, Directora Ejecutiva.
Cada nuevo año arranca con toda su energía, trae ideas de cosas por hacer y también algunos pendientes del año anterior. Es enero, y quitamos nuestro dedo del botón de pausa que nos dio un tiempo desconectado en la temporada navideña. Los equipos se vuelven a encontrar y pronto estarán trabajando a todo vapor.
Como líder, es posible que durante la pausa pensaras en cosas que quieres innovar, o cosas que necesitas retomar más temprano que tarde, tu mente oficiosa lista para continuar con los compromisos. Sin embargo, vale la pena tomar un respiro y resistir la tentación de entrar directamente a la agenda de trabajo. Considera para tu primera reunión del año, iniciar creando un espacio conducente para que todos puedan volver a verse y escucharse, la primera reunión puede poner el tono para el resto del año, así que no corras. No necesitas abordar toda la información nueva ni distribuir todas las tareas en ese momento. ¿Qué es lo importante hoy? ¿Qué podría proveer un sentido de bienvenida, seguridad y pertenencia a tu equipo? ¿Qué te permitirá a ti mismo como líder fortalecer las conexiones con tu equipo y entre el equipo mismo?
El enfoque de liderazgo restaurativo que vivimos y compartimos desde Circula, enfatiza el valor que tienen para individuos, equipos y colectivos los espacios seguros en los que todos son reconocidos. La intencionalidad del tiempo que inviertes en fortalecer ese espacio predispone a las personas a la colaboración, genera un sentido de corresponsabilidad, de vínculo entre ellos y con la misión que les une. Es, en resumidas cuentas, una forma saludable de iniciar.
En nuestra primera reunión del año nos dimos la bienvenida, leímos un poema acerca de la esperanza de un nuevo año. Nos sentamos juntos en silencio procesando lo que escuchamos, compartimos aquello que nos habló más personalmente a cada uno y luego respondimos la pregunta ¿Cómo inicia este año para mí? Luego de esta apertura, pasamos a la agenda de trabajo.
Otras ideas para iniciar el año pueden ser jugar juntos, hacer un círculo de diálogo, organizar un desayuno de convivencia, escuchar una canción inspiradora, algún ritual de acuerdo a la cultura del grupo para bendecir el año, etc. Compartimos contigo el poema que leímos juntos.
La atención que hoy recibe el desarrollo de liderazgo como un eje de crecimiento profesional se ha incrementado notablemente en los últimos años en todos los ámbitos, incluyendo el sector social y organizaciones no lucrativas. Y esto es positivo, pues la forma de liderar impacta directamente la cultura, el trabajo y a todas las personas en las organizaciones. Nuestro enfoque a lo largo de una década acompañando a líderes de impacto social, no ha sido solamente que logren más y mejores resultados, sino que puedan hacerlo mientras generan espacios seguros donde todas las personas son reconocidas. Un liderazgo restaurativo y consiente del impacto de sus palabras y acciones. Hoy reflexiono acerca de cómo el lenguaje que acompaña este “boom del liderazgo” nos puede acercar o separar de ese propósito.
Cada vez integramos más términos anglos a nuestro lenguaje cotidiano y profesional que se han ido constituyendo en signos de cosmopolitismo o se asocian a poseer conocimientos especializados. Este uso o abuso de acepciones en inglés llega desde el mundo del mercadeo, pero el sector no lucrativo también muestra una tendencia a adoptar un lenguaje que no es comprensible para todos, que parece dar cierta categoría actual y superior a nuestros conocimientos. Funciona como llave de acceso a un club invisible y lo normalizamos sin cuestionar el impacto y significado profundo que tiene en la cultura organizacional y en la colectividad de los espacios profesionales. ¿Te resulta familiar el vocabulario en este texto? “Ven al kick off de nuestro bootcamp anual donde diversos speackers presentarán estrategias de managment que te ayudarán a lograr mayor engagement con tu equipo.” Tal vez suena exagerado, pero es bastante cercano a la realidad.
Por ejemplo, cuando mi oficina estaba dentro de un espacio compartido de trabajo – más conocido como un co-working – las invitaciones a actividades se hacían en inglés, excluyendo a personas no bilingües. O como cuando en un foro para ONG´s el expositor hablaba de benchmarking y quedé perdida por un momento hasta entender por contexto, pero además con una sensación incómoda pues parecía que todos entendían, aunque no era así. La mujer junto a mi buscó el significado en su teléfono y en la fila de atrás escuché “¿El qué?”. Se trasplantaba esta palabra del mercadeo al terreno social para nuestra mejora profesional, cuando lo que plateaba podía nombrarse como análisis comparativo de buenas prácticas y resultados. El lenguaje es un elemento poderoso de vinculación o separación humana.
Nadie quiere experimentar esa sensación de inadecuación, así que aceptamos, aprendemos y muy pronto integramos términos profesionales como normas no escritas que dan forma a nuestras comunidades colaborativas y sin darnos cuenta obedecemos pautas aspiracionales de un mundo anglo y eurocéntrico. La cercanía y las relaciones de confianza con colegas del tercer sector en mi país y la exploración de mi propia identidad cultural, hace que cada vez me resulte más desvinculado este lenguaje. Desvinculado de quienes somos, de los equipos que conformamos, de la misión y población que servimos. El idioma inglés y las palabras en sí no son el problema, más bien es la forma de utilizarlas que genera exclusión según el contexto y sus interlocutores. En una junta directiva internacional no hispanohablante serás un trustee y en un programa internacional un fellow. Se vuelve problemático cuando el contexto no justifica el uso del anglicismo, tenemos que preguntarnos ¿a quién convoca y a quién deja fuera nuestro lenguaje?
Todos somos susceptibles a responder a un tipo de conocimiento articulado de acuerdo a estándares elitistas. Nos sucede por vivir en una era en la que la sobrevivencia –profesional, económica- parece estar en ser capaces de seguir la perspectiva cognitiva de la modernidad, que no es más que otro eje del capitalismo global eurocéntrico. Quijano (2007) nombra esto como colonialidad del lenguaje.
Cuánta razón tenía Humberto Maturana al señalar que las conversaciones que tenemos crean la realidad que vivimos. Ahora soy más consciente de cómo el lenguaje ha impactado los espacios co-creados y movidos colectivamente con prácticas que nos permiten vernos, escucharnos y reconocernos tal como somos. Procuramos conexión humana y solidaria más que networking; plenitud más allá de empowerment; una comunidad y equipo conectado en conversaciones honestas y a veces difíciles más que teambuilding.
También reconozco que colegas indígenas se han adaptado a nuestras actividades en español y eso no deja de ser desigual y colonialista. Podemos y debemos hacer mucho más para asegurar procesos de fortalecimiento de liderazgo con profundo respeto por las personas y culturas. Por lo pronto iniciamos nuestro primer proceso en Poqomchí, ¡es un paso!
Quienes trabajamos en el sector social estamos mucho más sensibilizados a la realidad de la mayoría de personas, y nuestro compromiso con la reducción de las desigualdades debe ser alto, asegurándonos de no caer en la práctica consciente o inconsciente de ninguna forma de discriminación, especialmente desde nuestros roles de liderazgo. La comunicación que generamos dentro de nuestras organizaciones y que proyectamos hacia afuera de ellas, si hace una diferencia, reta y resiste modelos impuestos. Como dice Rubén Blades en una de sus canciones siempre busca el fondo y su razón.
This month collaboration came to our door in the form of an exemplary collaboration, which confirms that ALG is doing the work we seek to do in this region. Since the beginning of the Certificate program we have dreamed of a Central America free of inequality, corruption and poverty. When we formed ALG, we did it based on the conviction that if we could change the leadership of the region we could see a different Central America. But transformational leadership is not only having the tools, skills or wisdom, but also working in solidarity with other leaders and all humans around you. That is why we focus on both collaboration and leadership skills in our programs.
We work this way with the hope that we will receive calls like the one we received this month from Matilde Torres, graduate of the Certificate in Leadership and Collaboration from 2018, who exercises her leadership at the Melanie Gissell Foundation. This foundation accompanies grieving processes for people and families that are in great pain. In addition they facilitate certifications in Coaching, with a focus on Coaching for grief. Through her organization, Matilde will offer two places for members of the ALG community at no cost. That means that leaders already graduated from our Certificate, who may not be able to participate in this type of training otherwise, will have access to more opportunities to personally and professionally increase their impact on Central America. This is the power of collaboration, whether small or large, to multiply the waves of positive change in the world.
Collaborations of this size and others frequently pass through our growing network of leaders and with each collaboration we are closer to the world in which we want to live. A world of solidarity, peace, justice, abundance, and support.
This month in our blog Tools for Collaboration we celebrate collaboration, we celebrate Matilde Torres and countless other collaborations that are born here in our network of leaders and throughout the world. These are the people who are committed to actualizing the new world we are building together and who work every day to bring it closer to the present.
Este la colaboración tocó en nuestra puerta en la figura de una colaboradora ejemplar, lo cual confirma que ALG está haciendo el trabajo que esperábamos hacer en esta región. Desde el inicio del Diplomado hemos soñado con una Centroamérica libre de desigualdad, corrupción y pobreza. Cuando formamos ALG, lo hicimos basadas en la convicción que si podríamos cambiar el liderazgo de la región, podríamos lograr en ver una Centroamérica diferente. Pero liderazgo transformacional no es solo tener las herramientas, habilidades o sabiduría, sino además es trabajar en solidaridad con otros líderes y todos los humanos a tu alrededor. Por eso enfocamos tanto en colaboración como en conocimientos de liderazgo.
Trabajamos así con la esperanza que vamos a recibir llamadas como la que recibimos este mes de Matilde Torres, egresada del año 2018, quien ejercita su liderazgo en Melanie Gissell Foundation. Esta fundación acompaña procesos de duelo para personas y familias que atraviesan un gran dolor. Además ellos facilitan certificaciones en Coaching, con un enfoque en Coaching para duelo. A través de su organización, Matilde ofrecerá dos cupos para miembros de la comunidad ALG, sin fines lucrativos. Eso significa que líderes ya egresados de nuestro Diplomado, lo cuales tal vez no pudieran participar en este tipo de entrenamiento, van a tener acceso a más oportunidades de crecer personalmente y profesionalmente incrementado su impacto en Centroamérica. Esto es el poder de la colaboración, que sean pequeños o grandes, multiplican la onda de cambio positivo en el mundo.
Colaboraciones de este tamaño y otras pasan frecuentemente entre nuestra creciente red de líderes y con cada colaboración estamos más cerca del mundo en el que queremos vivir. Un mundo de solidaridad, de paz, justicia, abundancia, y apoyo.
Este mes en nuestro blog Herramientas para la Colaboración celebramos la colaboración, celebramos a Matilde Torres y a innumerables colaboraciones más que nacen aquí en nuestra red de líderes y a lo largo del mundo, que se realizan con las manos de personas que viven comprometidas al nuevo cambio y quienes trabajan cada día para traerlo más cerca al presente.
Lucy is an IIRP Certified Trainer!
Lucy has been an integral part of our work with restorative practices since the beginning, but in October she made it official by joining the ranks of a global community of certified trainers in restorative practices. This certification means that Lucy is now able to train people in the fundamentals of restorative practices and award them with a certificate verified by the International Institute of Restorative Practices.
Flor is a Board Member of IIRP!
After years of working closely with IIRP as a trainer and facilitator of restorative practices, Flor has joined the board of directors for this international institution. Her introduction to the group was formalized this month as she flew to Bethlehem Pennsylvania to participate in board meetings as well as the three day annual world conference on restorative practices that IIRP hosts. This new opportunity for Flor connects ALG to a whole new network of people and ideas that we believe will supplement and support the powerful work of our organization.
Working on Peace in Guatemala with the German Embassy
ALG was invited by the German Embassy to participate in a program they are running to help the country heal from the thirty-year internal armed conflict that ended in 1996. For us at ALG this is a very important cause, the country is in many ways still wounded from the atrocities that occurred in those thirty years. In collaboration with the project of the embassy, we facilitated a circle with the members of the German Embassy team, as well as several representatives and directors of local organizations who work to seek justice for the harm caused. We hope it is the first of many collaborations.
Development in the Organization of the International Collective of Restorative Practitioners
Two years ago we founded el Colectivo Internacional de Practicantes Restaurativas alongside restorative practitioners from across Guatemala. In these last two years the collective has grown to over eighty members and we have hosted several webinars, held many trainings, facilitated circles, and shared resources and experiences — we even started a research project with John Jay College! As we approached our third year, however, ALG began to reflect all that we had accomplished so far, and what we hoped to accomplish in the future. Ultimately, this conversation led to some restructuring within the collective, which we believe will lead to increase in the use and expansion of restorative practices across the region. Stay tuned for more updates from us about the collective and its projects. We have only just begun.
¡Lucy es una entrenadora certificada IIRP!
Lucy ha sido una parte integral de nuestro trabajo con las prácticas restaurativas desde el principio, pero en octubre lo hizo oficial al unirse a una comunidad global de capacitadores certificados en prácticas restaurativas. Esta certificación significa que Lucy ahora puede capacitar a las personas en los fundamentos de las prácticas restaurativas y otorgarles un certificado verificado por el Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas.
¡Flor es miembro de la Junta de IIRP!
Después de años de trabajar estrechamente con IIRP como entrenadora y facilitadora de prácticas restaurativas, Flor se ha unido a la junta directiva de esta institución internacional. Su presentación al grupo se formalizó este mes cuando viajó a Belén, Pensilvania, para participar en las reuniones de la junta, así como en la conferencia mundial anual de tres días sobre prácticas restaurativas que organiza IIRP. Esta nueva oportunidad para Flor conecta a ALG con una red completamente nueva de personas e ideas que creemos que complementarán y respaldarán el poderoso trabajo de nuestra organización.
Trabajando por la paz en Guatemala con la Embajada Alemana
ALG fue invitada por la Embajada de Alemania para participar en un programa que están ejecutando para ayudar al país a sanar del conflicto armado interno de treinta años que terminó en 1996. Para nosotros en ALG esta es una causa muy importante, el país está en muchos sentidos aún herido por las atrocidades que ocurrieron en esos treinta años. En colaboración con el proyecto de la embajada, facilitamos un círculo con los miembros del equipo de la embajada alemana, así como con varios representantes y directores de organizaciones locales que trabajan para buscar justicia por el daño causado. Esperamos que sea la primera de muchas colaboraciones.
Desarrollo en la organización del Colectivo Internacional de Practicantes Restaurativos (CIPR)
Hace dos años, fundamos CIPR junto con practicantes restaurativos de toda Guatemala. En estos últimos dos años, el colectivo ha crecido a más de ochenta miembros y hemos organizado varios webinars, ofrecido muchos entrenamientos, círculos facilitados y hemos compartido recursos y experiencias, ¡incluso comenzamos un proyecto de investigación con John Jay College! Sin embargo, al acercarnos a nuestro tercer año, ALG comenzó a reflejar todo lo que habíamos logrado hasta ahora y lo que esperábamos lograr en el futuro. Finalmente, esta conversación condujo a una reestructuración dentro del colectivo, lo que creemos conducirá a un aumento en el uso y la expansión de las prácticas restaurativas en toda la región. Estén atentos para recibir más actualizaciones sobre el colectivo y sus proyectos. Sólo acabamos de empezar.
Written by Gloria Puc
Gloria is a graduate of the Certificate in Leadership and Collaboration. Like her classmates, upon graduating from the program she was invited to become a mentor for a new leader. Mentors receive training and accompaniment to perform their role in the best way possible. In this article, Gloria describes how the process of becoming a leader and mentor was, and she does it with an inspiring metaphor.
Who knows what it actually means to be a leader?
Since childhood I have admired the beauty of the butterflies, many times I dreamed of flying like one of them, knowing other mountains with other colors, smells and flavors. On many occasions I woke up trying to understand what the dream meant.
Over the years I discovered that some butterflies can live and travel alone, but they can also live together and that is precisely what makes them special, they fly, meeting other lands, transforming themself and accompanying the transformation of others.
Butterflies vary in size, some are incredibly large and others tiny, some are slow and others faster, but nothing takes away their splendor. They have their own communication system using sounds and noises that they produce with their wings.
The butterflies do not fly a single path consistently, they are wise, they know how to wait and move to the rhythm of the wind because with their wings they embrace and sustain the magic of change and growth.
They are not afraid of death, because they know that there is an opportunity to be reborn by dancing and the opening of the path to clarity of the mind and self-transformation.
In the metamorphosis of the butterfly is the leader. The leader who experiences anger, silence, pain, but then heals among the flowers.
Heal to expand your awareness and walk with other butterflies, to see together the next phase of existence and be successful in community life.
The mentor who has expanded his consciousness shares all his wisdom without waiting for others to do the same, for he knows that awakening consciences is a multiplied miracle of transformation and resurrection.
The mentor who has transformed knows how to honor his predecessors, since he understands that being a leader implies the need for movement to get out of comfort, until his next phase.
The most powerful thing about being a mentor is accepting to be more butterfly and less caterpillar, this means spreading wings, developing skill, discovering opportunities, growing wings when you learn from others, flying through uncertainty, reflecting on things, giving time to internalize changes, generating skills and strategies to enrich yourself with the new possibilities to accompany.
Thank you my dear ALG family, for joining me in my process of metamorphosis from leader to mentor and becoming a community of butterflies that are healing and learning to accompany. The experience that led me to this process is the light that is shared and shared, multiplied with good actions to improve those fields that need to be transformed.
"And just when the caterpillar thought it was its end, it became a butterfly." - Anonymous
*Butterfly photo from National Geographic https://www.nationalgeographic.com.au/monarch-butterfly/