Nos convoca la esperanza, que conquista los deseos más ocultos del corazón.
Hoy nos encontramos, como aquella primera vez, con la diferencia que nos hemos hermanado, que con sus miradas he aprendido lo que no se encuentra en libros, ni en películas; he aprendido lo que nadie cuenta en la calle, lo que no te explica la gente, porque allá afuera en esa cultura de descarte, puedo asegurar que existen corazones honestos, transparentes, que son hermanos y hermanas, a quienes la vida a través de los golpes más duros y rotundos los ha consagrado, para dicha, como líderes; quienes comparten lo que sabe del camino sobre el perdón, el amor, la diversidad, hablan de esperanza!
Este es el momento más importante de mi vida, estar aquí con hombres y mujeres a quienes admiro, respeto, honro y celebro su existencia! Guatemala es tan afortunada de tenerles!