Durante este mes compartiremos recursos enfocando nuestra atención en el tema de Liderazgo. Pero, ¿Qué entendemos por liderazgo? Una forma de verlo es como la capacidad de delegar y gestionar un proyecto eficientemente, sea personal, gerencial, institucional, comunitario o incluso de país. También se asocia al conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas o en un grupo determinado. Estas definiciones invitan a imaginar a las lideresas y a los líderes como personas ya sea con dotes excepcionales o con una posición sobresaliente y con un poder reservado para pocos que se puede ejercer sobre muchos.
Nuestra idea del liderazgo, aunque reconoce que hay verdad en las otras definiciones, parte desde la sabiduría y el poder personal, reconociendo que cada persona puede ser una lideresa o un líder. Desde esta mirada, el liderazgo no es algo permanente que uno sostiene solamente con declarar “Yo soy un líder”, sino algo que surge y se puede elegir -o no- momento a momento. Visto así, liderazgo significa tomar responsabilidad de actuar en función de un propósito y hacerlo cuidando el bienestar de todo, sabiendo que cada cosa y ser son interdependientes entre sí. De modo que asumir liderazgo es cuidar cómo se conseguirá un propósito considerando las consecuencias. Es no perder de vista las necesidades de las personas que dicho propósito reúne o alcanza.
El liderazgo no requiere poder estructural y quienes lo asumen son percibidos como líderes naturalmente en su momento, sean nombrados como tales o no. Todos tenemos la libertad de asumir esa responsabilidad, ese liderazgo, aún si nadie más lo hace.
Así es como vamos ejerciendo nuestra influencia en la vida, asumiendo liderazgo naturalmente. Lo haces cuando te levantas en el transporte público para ceder tu espacio a un anciano, influenciando con tu actuar a los otros pasajeros. Lo haces cuando llevas tu bolsa de tela al supermercado inspirando a más compradores a hacerlo también. Lo haces cuando hablas con valentía ante una injusticia, cuando te retiras de una conversación mal intencionada, cuando decides que durante tu gestión no habrá corrupción en ninguna forma. A veces vemos convicción en otro, pasión por un propósito o mayor capacidad para alcanzar ese propósito y decidimos seguir su liderazgo sin acaparar en nosotros el poder todo el tiempo y eso también está bien. Siempre podemos tomar esas elecciones ¡y la tomamos! Solo que no siempre estamos conscientes de ello.